Yo solo iba a un concierto.
Si, a meter unos gritos y rascarle a mis cuerdas algunos gemidos. Los ensayos prometían, de verdad. Los temas fluyen con soltura y llegamos al final del ensayo satisfechos.
Que tranquilidad el día del concierto. “Nos lo sabemos todo.”
Que equivocado estaba. NO SABÍAMOS NADA.
Nadie sabía que los incrédulos, que los había, se entregarían como eufóricos groupies, que los de la generación X enloquecerían con Calamaro, que los puretas del Rock fliparían con Raphael, que un ejecutivo podía rockear en la piel de un pollo, que un Jazzman finolis podía producir tormentas en el interior de un local, que un medio lisiado podía hacer sangrar a su guitarra con el brazo colgando, que dos luchadores podían deleitar a un atónito y espectánte público mientras zarandeaban sus cabezas por el escenario al que se invitaron porque era suyo, que la canción del cumpleaños feliz sonara a las alabanzas que recibe “Angus” cuando pasea a la pata coja por donde sangran los toros, que la gente corease la marmita como si cultivasen la huerta del Nadir, que la última dedicatoria del garito donde nos terminamos de mazar, El Cano, si, ese donde brilla el pop español, fuera para 4tercios......
Si, a meter unos gritos y rascarle a mis cuerdas algunos gemidos. Los ensayos prometían, de verdad. Los temas fluyen con soltura y llegamos al final del ensayo satisfechos.
Que tranquilidad el día del concierto. “Nos lo sabemos todo.”
Que equivocado estaba. NO SABÍAMOS NADA.
Nadie sabía que los incrédulos, que los había, se entregarían como eufóricos groupies, que los de la generación X enloquecerían con Calamaro, que los puretas del Rock fliparían con Raphael, que un ejecutivo podía rockear en la piel de un pollo, que un Jazzman finolis podía producir tormentas en el interior de un local, que un medio lisiado podía hacer sangrar a su guitarra con el brazo colgando, que dos luchadores podían deleitar a un atónito y espectánte público mientras zarandeaban sus cabezas por el escenario al que se invitaron porque era suyo, que la canción del cumpleaños feliz sonara a las alabanzas que recibe “Angus” cuando pasea a la pata coja por donde sangran los toros, que la gente corease la marmita como si cultivasen la huerta del Nadir, que la última dedicatoria del garito donde nos terminamos de mazar, El Cano, si, ese donde brilla el pop español, fuera para 4tercios......

Yo iba a lo de la música, sobrao, confiao y me equivoqué. El espectáculo empapaba las camisetas de los participantes....que eramos todos, y entre todos, hicimos LA FIESTA, y cuzco temblaba.
Lo siguiente que hagamos.......me acojona, porque ya se lo que es Rock & Roll Kamikaze.
